LOS AMORES DE HÉRCULES
HILAS
MEGARA
DEYANIRA
Hércules le enseñó todo lo que sabía a Hilas
desde que era un niño, lo amaba. Cuando Jasón se hizo al mar tras el Vellocino
de Oro, y todos los nobles fueron con él, también fueron Hércules e Hilas. Tras
muchas aventuras y luchas, llegaron a la costa de Misia donde celebraron una competición
para saber quién era el más fuerte. Al final del día llegaron a Kios y
aprovecharon sus buenas relaciones con los habitantes y organizaron un pequeño
festín para después descansar, Hércules se adentró en un bosque para buscar un abeto
y hacerse un remo y Hiles fue a buscar agua al manantial Pegas con un cántaro de
bronce, Al llegar las ninfas estaban memorando a la diosa Artemisa y una ninfa
se prendó de la belleza de Hilas. La ninfa lo secuestró y se lo llevó a vivir a
una cueva bajo el agua. Sus amigos lo oyen pedir ayuda y van a buscar a
Hércules y organizan búsquedas pero no lo encuentran. Años después siguieron
buscándolo y organizando rituales sin éxito. Hércules abandonó la búsqueda del Vellocino
de Oro.
MEGARA
Creontes premió a
Hércules otorgándole la mano de su hija Megara con la que se casó y tuvo dos
hijos. Fueron muy felices pero eso no duró mucho ya que Hera maldijo a Hércules
y le hizo asesinar a Megara y sus dos hijos en un ataque de ira. Cuando recobró
la cordura pidió ayuda al Dios Apolo, el cual le dijo que tenía que hacer una
serie de trabajos para salvar su alma.
DEYANIRA
Hércules cortejó a Deyanira hasta que se enamoró
de él, convirtiéndose así, en su tercera esposa. Después de la boda, Deyanira
recibió un mensaje de su hermano, el príncipe Meleagro, en el cual le
comunicaba que la echaba de menos, así que se dispuso a hacerle una visita en
compañía de Hércules. Durante el viaje, tuvieron que cruzar el río Eveno. El
centauro Neso se ofreció a llevar a Deyanira mientras Hércules cruzaba a nado,
pero se enamoró de ella, y en cuanto alcanzó la otra orilla, salió al galope
sin esperar a Heracles, ya que pretendía raptarla para después violarla.
Hércules enfureció
y le disparó una flecha untada con la sangre de la hidra de Lerna, la cual le
acertó en el corazón, matándolo. Mientras Hércules se acercaba al lugar, el
moribundo Neso le dijo a Deyanira que tomara un poco de su sangre, y si notaba
que perdía el amor de Hércules, se la aplicara, pues era una eficiente pócima
del amor. Esta realmente era una trampa para acabar con la vida de Hércules,
pero Deyanira se dio cuenta demasiado tarde.
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