AQUILES



     Aquiles era hijo de Peleo, rey de Ptía, en la región balcánica de Tesalia, y de la Diosa del Mar Tetis. Como su padre era un mortal, su madre quiso dotarlo de inmortalidad en las aguas de la laguna Estigia, considerada el límite entre la tierra y el mundo de los muertos, y que según la leyenda conducían al Averno, un cráter que para los romanos era la entrada al inframundo. Esas aguas volvían invulnerable a cualquiera que se sumergía en él y la Diosa Tetis bañó a su hijo Aquiles cogido por el talón, parte de su cuerpo que no llegó a tocar las aguas. De este modo Aquiles logró la invulnerabilidad, a excepción del talón que se convirtió en su único punto vulnerable.

     Obligado a decidir por su madre entre una larga vida apacible o una corta pero gloriosa, Aquiles se decidió por esta última. Fue enviado a las montañas de Pelión, en el monte Tesalia, para ser educado por el centauro Quirón, adquiriendo una fuerza extraordinaria y una gran maestría con las armas, lo que le permitió ganar ilustres batallas. Su lanza tenía la virtud de curar las heridas que hacía, siempre que él lo deseara.
     Su madre lo envió a la corte del rey Licomedes en la isla de Scyros para evita su muerte temprana en la guerra y se casó con Deidamia, hija del rey, y tuvo a su hijo Neoptólemo. Pero poco duró su retiro, Aquiles era un héroe guerrero y se vio envuelto en las batallas del largo asedio a Troya.  
     Venció y le quitó la vida a Héctor, el príncipe heredo de Troya, que había matado a su mejor amigo Patroclo en combate cuando éste se puso la armadura de Aquiles para despistar en el ataque. En ese momento su madre Tetis comprendió que su hijo moriría pronto, pues la profecía anunciaba que su fin sería después de la muerte de Héctor. También consiguió derribar a Pentesilea, reina del ejército de las Amazonas que llegaron para ayudar a los troyanos, que una vez muerta consiguó enamorar al héroe al verla sin armadura, según dice la leyenda.
     Lo mató una flecha lanzada por Paris, hermano de Héctor y príncipe de Troya, y dirigida por Apolo, que le hirió en el talón, único punto vulnerable del héroe. Después de la cremación, sus cenizas fueron depositadas en una urna dorada que había sido forjada por Hefesto, dios del fuego y la forja,  y situada en la misma tumba en la que fue enterrado Patroclo, junto al mar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PÍRAMO Y TISBE

CASTIGOS DIVINOS

SOBRE ARQUÍMEDES